La universidad en pandemia: impacto del COVID-19 sobre la extensión y transferencia tecnológica

The University in Pandemic: Impact of COVID-19 on Extension and Technology Transfer

Fabián Andrés Britto

Universidad Nacional de Quilmes

fabian.britto@unq.edu.ar

Claudia Sabrina Monasterios

Universidad Nacional de Quilmes

sabrinamonasterios@gmail.com

Ana Clara Carro

Centro de Estudios en Ciencia, Tecnología, Cultura y Desarrollo de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN)

accarro@unrn.edu.ar

https://doi.org/10.18800/360gestion.202207.013

RCG20220713

Las actividades de extensión universitaria y vinculación y transferencia tecnológica versan sobre cuestiones que se superponen y complementan, reflejando el involucramiento de la universidad con su entorno socioproductivo a través del flujo de conocimientos y tecnologías. Ante la pandemia de COVID-19, las medidas adoptadas inicialmente por las universidades nacionales de gestión pública argentinas implicaron un amplio espectro de acciones de extensión y transferencia en respuesta a las principales demandas que surgían en dicha situación de emergencia sanitaria.

En este contexto, nos propusimos identificar los principales cambios producidos en el ejercicio de la tercera misión universitaria, referida a la colaboración universidad-entorno y principalmente conocida como extensión, vinculación o transferencia. Para ello, se seleccionaron 3 universidades con características diferenciales relativas a su origen, recorrido histórico y extensión territorial: la Universidad Nacional de Río Negro, la Universidad Nacional de Quilmes y la Universidad Nacional de La Plata.

Palabras clave: universidades nacionales, extensión universitaria, transferencia tecnológica, pandemia, COVID-19

The activities of university extension and linkage and technology transfer deal with issues that overlap and complement each other, reflecting the involvement of the university with its socio-productive environment through the flow of knowledge and technologies. In the face of the COVID-19 pandemic, the measures initially adopted by the Argentine public management national universities involved a wide range of extension and transfer actions in response to the main demands that arose in the aforementioned situation of health emergency situation.

In this context, we set out to identify the main changes produced in the exercise of the third university mission, referring to university-environment collaboration and mainly known as extension, linkage or transfer. To do this, 3 universities with different characteristics related to their origin, historical background and territorial extension were selected: the National University of Río Negro, the National University of Quilmes and the National University of La Plata.

Keywords: national universities, university extension, technology transfer, pandemic, COVID-19

1. Introducción

Las funciones tradicionales de las universidades nacionales de gestión pública (UU. NN.), a saber, docencia, investigación y extensión, se han visto enfrentadas a nuevas exigencias y han experimentado importantes cambios en los últimos años. Este proceso no se ha detenido, sino que augura un permanente crecimiento de las demandas por parte de la sociedad, de la mano de la cada vez mayor importancia del conocimiento en la vida social (Britto & Lugones, 2020).

En el plano teórico, numerosas discusiones en torno al rol y compromiso social universitario coinciden en que las actividades de extensión universitaria (EU) y vinculación y transferencia tecnológica (VyTT) versan sobre cuestiones que se superponen y complementan, a la vez que manifiestan la articulación y participación de las UU. NN. en su entorno (Tommasino & Cano, 2016; Carro & Britto, 2021). En la práctica, la institucionalización de la VyTT, impulsada en los años noventa, trajo como consecuencia el diseño de instrumentos organizativos que han escindido el planteamiento de las políticas de EU y VyTT, interrumpiendo en consecuencia el diálogo entre estos campos. Generalmente, las Secretarías de Extensión de las UU. NN. no incluyen a la VyTT, que suele encontrarse dentro de las Secretarías de Investigación; sin embargo, las actividades socialmente comprometidas que parten de ambos campos requieren trabajar sobre el desafío de encontrar abordajes dialógicos, contextualizados y a largo plazo (Carro & Britto, 2021).

En ese escenario, irrumpió la enfermedad del COVID-19, reportada por primera vez en Argentina el 3 de marzo de 2020 y declarada pandemia el 11 de marzo por la Organización Mundial de la Salud (OMS), parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El viernes 20, incluso antes de identificarse la transmisión comunitaria del virus (lo que sucedió 3 días después), se dio inicio al Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio mediante el Decreto de Necesidad y Urgencia del Poder Ejecutivo Nacional N° 297/20. Desde el principio, las dimensiones económicas, sociales y sanitarias que presentaba la pandemia estuvieron presentes en la toma de decisiones políticas, aunque aún no se terminaba de imaginar la magnitud de su impacto a mediano y largo plazo. Las primeras medidas del Gobierno argentino se orientaron a concretar el aislamiento e identificar actividades esenciales que debían seguir con su función diaria y, en algunos casos, reforzarse. Las universidades no fueron ajenas a esas disposiciones, adoptando inicialmente medias que implicaron la suspensión de actividades presenciales y la implementación de una modalidad a distancia para su función docente.

En este nuevo contexto, nos propusimos identificar los principales cambios producidos en el ejercicio de la tercera misión universitaria (Bueno, 2005; Molas Gallart, 2005), referida a la colaboración universidad-entorno y principalmente conocida como extensión, vinculación o transferencia, para la solución de los problemas que planteó la situación de emergencia sanitaria. Teniendo en cuenta la heterogeneidad institucional que presentan las casi 70 universidades nacionales argentinas, seleccionamos 3 de estas casas de estudios con características diferenciales relativas a su origen, recorrido histórico y extensión territorial para caracterizar estas funciones durante la pandemia de COVID-19.

2. Antecedentes y marco teórico

En esta sección se hace mención a algunos antecedentes existentes en la literatura académica correspondiente a la concepción del conocimiento como factor productivo clave para emprender procesos de desarrollo en las sociedades actuales.

2.1. El rol del conocimiento como vector de desarrollo

El papel del conocimiento resulta crucial para el éxito de los esfuerzos que se llevan a cabo en los diversos aspectos del quehacer socioeconómico, esto es, tanto en la competitividad empresarial como en el desenvolvimiento de las organizaciones sociales y las instituciones públicas en los campos de la salud y la educación, lo cultural, el cuidado del medio ambiente, el transporte, las comunicaciones, la vivienda, etc. En este sentido, crece el consenso respecto de que uno de los principales factores productivos es el conocimiento (Freeman, 1987; Edquist, 1997; Teubal, 1997; Mesa Zafra, 2017; Chaparro, 2001).

Esto refuerza la importancia de incrementar la apropiabilidad social (Carro & Britto, 2021; Langer et al., 2021; Monasterios & Roca, 2022) de los resultados de las actividades realizadas por las UU. NN., es decir, que los nuevos titulados (en tecnicaturas, estudios de grado o posgrado) y que los importantes logros en materia de desarrollo científico-tecnológico sean efectiva y plenamente aprovechados por nuestra sociedad. Ello implica redoblar los esfuerzos en actividades de transferencia tecnológica, extensión y comunicación pública para fortalecer los vínculos de las UU. NN. con la sociedad en general, el sector productivo, las organizaciones sociales y el Gobierno.

2.2. La tercera misión universitaria

Si bien a lo largo de la década de los años noventa diversos autores presentaron las primeras ideas de lo que empezó a denominarse la «tercera misión» de la universidad, ya a principios del siglo XX Joaquín V. Gonzalez promovía un reformismo social en Argentina a partir de las universidades (Carro & Britto, 2021). También Ortega y Gasset planteó en 1930 que la universidad debía incorporar a su misión un tercer aspecto: «El compromiso con la sociedad y con su tiempo, por lo que ha de depurar un tipo de talento para saber aplicar la ciencia y estar a la altura de los tiempos» (2015). En la sociedad actual, comúnmente denominada «del conocimiento», esto se vería reflejado en la función emprendedora y de innovación de la universidad como agente de creación y transferencia de conocimiento (Bueno, 2007), así como en su inserción en el territorio (Langer et al., 2021).

3. Aspectos metodológicos

En este apartado se presentan los aspectos metodológicos utilizados para la confección del presente artículo en pos de que resulten de utilidad para la realización de futuros estudios en la temática.

3.1. La triangulación como estrategia de validación en investigaciones cualitativas

La metodología con la que se desarrolló la presente investigación se basó en la triangulación de información primaria y secundaria con la que ya contaba el equipo de investigación (Lugones et al., 2015; Britto et al., 2019; Lugones et al., 2019), la cual fue complementada con la realización de entrevistas a informantes clave para indagar acerca de las actividades de extensión, vinculación y transferencia de conocimiento llevadas adelante específicamente durante el periodo de pandemia. Esto es así debido a que, por la propia línea de investigación, en los últimos años se han realizado estudios de caso y entrevistas a informantes clave y a responsables de gestionar las Oficinas de Transferencia Tecnológica de diversas UU. NN. Estos trabajos han permitido comprender ciertos esquemas de incentivos presentes tanto en las instituciones como en el medio socioproductivo y, al constituir ejemplos reales de la experiencia de las organizaciones, permiten visibilizar sus propias historias sobre el desarrollo del cambio en la práctica y el modo en que interactúan el contenido, el contexto y las políticas de cambio (Dawson, 1997).

3.2. Análisis de la interacción entre el conocimiento generado en las universidades y las necesidades locales durante la pandemia

En este marco, para que los procesos de extensión y transferencia tecnológica y de conocimiento resulten exitosos es necesario prestar especial importancia a los mecanismos que los harán factibles, así como también considerar las capacidades reales con que cuentan los eventuales usuarios para poder asimilarlas (Monasterios, 2020).

Por ello, el presente trabajo aborda esta problemática a partir del análisis de cómo las universidades tratan la interacción entre el conocimiento generado en su seno y las necesidades existentes en el entorno en el cual se encuentran insertas. Ello resulta de vital importancia si lo que se busca, en última instancia, es la contribución de la producción de conocimiento en el interior de las universidades a los procesos de desarrollo socioeconómico locales.

También se intenta comprender el impacto que la pandemia de COVID-19 tuvo en estas actividades, de ser el caso. Para ello, se estudian 3 UU. NN.: la de Río Negro, la de Quilmes y la de La Plata, buscando comprender las lógicas de trabajo en instituciones muy diversas por localización, tamaño, estructura y antigüedad.

4. Resultados obtenidos

En este apartado se presentan los resultados alcanzados a partir de la investigación cualitativa de las 3 universidades seleccionadas, complementando la información primaria obtenida de las entrevistas realizadas a actores clave con la información secundaria recabada por el equipo de investigación.

4.1. Universidad Nacional de Río Negro (UNRN)

La UNRN, creada en 2008 mediante la Ley Nacional Nº 26.330, pertenece al conjunto de universidades conocidas como «del Bicentenario». Cuenta, actualmente, con 61 carreras y 10 000 alumnos y, desde su origen, se reconoce como una universidad dinámica e innovadora que da respuesta a las demandas de la población.

Abarca un territorio provincial muy amplio, con más de 200 000 km2, en la Patagonia norte de la Argentina, razón por la cual se ha constituido en 3 sedes: Sede Alto Valle y Valle Medio, Sede Atlántica y Sede Andina. Cada una de ellas cuenta con un vicerrector y, además de una Secretaría General y de Programación, posee una Secretaría de Investigación, Creación Artística, Desarrollo y Transferencia de Tecnología, y otra de Docencia, Extensión y Vida Estudiantil, con una Subsecretaría de Extensión. Aparte de las áreas de gestión administrativa, de cada una de las sedes dependen diversas escuelas o unidades ejecutoras.

El órgano superior de gobierno es la Asamblea Universitaria, integrada por los miembros de sus órganos colegiados y el rector. Los órganos colegiados integran a organizaciones civiles e instituciones gubernamentales a las deliberaciones de esta institución y se constituyen en 3 Consejos Superiores: de Docencia, Extensión y Vida Estudiantil; de Programación y Gestión Estratégica; y de Investigación, Creación Artística, Desarrollo y Transferencia de Tecnología.

Por sus características comunitarias, se da particular acompañamiento a estudiantes que conviven con alguna discapacidad, provienen de pueblos originarios o de la línea sur de la provincia, de identidad trans o que necesitan relocalización, entre otros. En cuanto a las actividades de EU y VyTT, cada una de las sedes establece vínculos de cooperación en su territorio y cuenta con cierto grado de independencia para la toma de decisiones. Su primer dossier de capacidades y servicios comenzó a difundirse en 2018.

En un primer momento de la pandemia, se concentró en garantizar el trabajo remoto y las clases virtuales, lo que implicó una sobrecarga del campus virtual, así como la necesidad de capacitar docentes y garantizar el acceso a los estudiantes. Cabe señalar que la conectividad de esta universidad, que cuenta con alumnos de zonas rurales, implica desafíos múltiples por su restringido acceso a internet y los elevados costos. El número de hogares conectados a banda ancha se encuentra por debajo de la media nacional, con una velocidad promedio un 50 % por debajo a la de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Así, se tomó la decisión de capacitar a tutores que pudieran brindar acompañamiento virtual, se otorgaron becas de conectividad a estudiantes y se lanzó una campaña de donación desde el área de Extensión del Rectorado. Desde esta área también se realizó un ciclo de charlas de sensibilización y reflexión acerca de las actividades de EU en pandemia que estuvo dirigido a la comunidad científica de las instituciones de ciencia locales.

En todas las sedes se realizaron numerosos ciclos de charlas y capacitaciones virtuales abiertas a la comunidad como Actividad Física, Deporte y Promoción de la Salud en tiempos de pandemia, o Nutrición y Emociones; a la par que se llevó a cabo la virtualización de los tradicionales talleres que se brindan a los asociados al Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (PAMI). Asimismo, se iniciaron los programas Contá con Nosotros, para acompañamiento a adultos mayores, y Aislamiento sin Violencia, desde donde se facilitaron canales de atención a víctimas de violencia doméstica. Estos programas, a su vez, se articularon con el área de Contenidos Audiovisuales, desde donde se desarrolló material audiovisual para su difusión.

Se observó un aumento sustancial en la cantidad de servicios técnicos brindados desde la UNRN en relación a 2018 y 2019. Cabe señalar, a modo de ejemplo, que la Escuela de Diseño de la Sede del Alto Valle y Valle Medio organizó esfuerzos para relevar capacidades y coordinar el diseño, la producción y la distribución de elementos de protección personal en articulación con Comités de Crisis conformados en diversas ciudades de la Patagonia norte. Dentro de este proyecto, el área de VyTT del Rectorado fue la encargada de gerenciar la adquisición del material y la relación con los demandantes.

En términos generales, por las características propias de la UNRN, la pandemia no parece haber implicado una reconfiguración de los canales de contacto o gestión de demandas y cooperaciones, más allá de que se impuso la necesidad de trabajar y brindar servicios en entornos virtuales. En lo que se refiere a los canales, cada sede continuó trabajando en su territorio, fortaleciendo sus relaciones y posicionando a la universidad, aún nueva y pujante, como socia estratégica de pymes, organizaciones civiles y del sector gubernamental. Las áreas del Rectorado se involucraron toda vez que fue necesario ejecutar proyectos complejos o articular las capacidades de las sedes. Asimismo, atenta a estos cambios, la UNRN terminó de dedicar los esfuerzos necesarios para finalizar la transición que venía realizando y que habilitó a mediados del año 2020 la gestión de sus expedientes de manera completamente virtual, digitalizando todos los trámites.

4.2. Universidad Nacional de Quilmes (UNQ)

La Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) fue creada mediante la Ley N° 23.749 en 1989, si bien su normalización sucedió 3 años después, en 1992. El edificio de la universidad fue construido sobre terrenos donados por la empresa textil Fabril Financiera y abrió sus puertas con solo 10 aulas para sus primeros 1000 alumnos. Desde entonces, el crecimiento edilicio ha sido acelerado.

A través del Programa Universidad Virtual Quilmes, la UNQ se constituyó en una universidad pública pionera en materia de educación no presencial en Latinoamérica, inaugurando su primera aula virtual en el año 1999. Ello habilitó a estudiantes de todo el mundo a acceder a una capacitación virtual, lo cual cobró especial relevancia durante el periodo de aislamiento producto de la pandemia.

La universidad tiene por misión la producción, enseñanza y difusión de conocimientos del más alto nivel, y sus funciones básicas son la docencia, investigación, extensión y formación de recursos humanos, el desarrollo tecnológico, la innovación productiva y la promoción de la cultura. Para ello, adopta como base de su organización académica la estructura departamental mediante el agrupamiento de las disciplinas afines, siendo los departamentos unidades académicas responsables de las tareas de docencia, investigación, desarrollo, transferencia y extensión. De esta manera, la UNQ se encuentra constituida por 3 departamentos: a) Ciencias Sociales, b) Ciencia y Tecnología, y c) Economía y Administración, además de su Escuela Universitaria de Artes. Cabe resaltar que todas sus carreras presentan una oferta en modalidad tanto presencial como virtual que incluye desde diplomaturas, tecnicaturas y profesorados hasta licenciaturas e ingenierías.

Esta casa de estudios cuenta con una Secretaría de Innovación y Transferencia, ubicada en el organigrama fuera de la Secretaría de Investigación, y tiene también una Secretaría de Extensión, a través de las cuales se articulan las demandas o necesidades del territorio. La primera cuenta con distintas unidades ejecutoras, que son los laboratorios, centros y programas con capacidades y equipamiento para el desarrollo y transferencia de conocimiento y tecnología, a saber: a) Arte y Tecnología, b) Biotecnología, c) Ingeniería, d) Educación y Tecnología, e) Estudios Sociales y f) Tecnología en Alimentos. También cabe mencionar las start-ups (empresas de base tecnológica) de las cuales la UNQ forma parte, como Bioext y PB-L Productos Bio-Lógicos; los servicios tecnológicos que ofrecen, tanto para la industria como para la academia; y su amplia oferta de productos y tecnologías disponibles para empresas, institutos, laboratorios u otras organizaciones a través de compra o licencia. Por su parte, la Secretaría de Extensión se encuentra compuesta por la Dirección General de Extensión, la Dirección General de Vinculación Social y los programas de: a) Asuntos Estudiantiles y Bienestar, b) Integración Social y Desarrollo Deportivo, c) Graduados, d) Incubación Social, e) Educación Popular y Formación Laboral, y f) Adultos Mayores.

En el actual contexto de pandemia, la función de extensión pasó a ser transversal al resto de las áreas de la universidad, quedando la gestión de todo este tipo de acciones a cargo del Rectorado por el apremio de la situación. En este sentido, por citar solo algunos ejemplos, el campo de deportes (de alrededor de 4 hectáreas) fue base operativa de las fuerzas de seguridad de la provincia de Buenos Aires y el gimnasio se convirtió en vacunatorio, en donde se presentaron voluntariamente profesionales y estudiantes de la carrera de Enfermería, la cual se volcó de lleno a la práctica territorial desde un primer momento con el operativo Detect-Ar, recorriendo hogar por hogar los focos masivos de contagio. Otros hitos destacables fueron el kit de detección rápida, resultado de la I+D en la universidad; el Centro de Telemedicina Universitario (Ce-TeC-U), que dio respuesta y realizó el seguimiento de aquellos contactos estrechos; el voluntariado1 de Terapia Ocupacional para adultos mayores (que atendió alrededor de 800 personas por cuatrimestre), en vínculo con el PAMI y el banco Supervielle, que en ese momento buscaba posicionarse como institución gestora de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses); el desarrollo de proyectos comunitarios de articulación y formación de redes desde el Programa de Incubación Social; el subsidio tecnológico a estudiantes con problemas de conectividad relevados por la Secretaría de Bienestar Estudiantil; y el Programa Produce y Alimenta, entre muchas otras iniciativas encaradas por la UNQ para dar respuesta a las nuevas y urgentes demandas socioproductivas de su entorno.

Desde el mencionado Programa de Incubación Social de la UNQ se desarrollaron dos proyectos de gran interés socioeconómico: Mercado Territorial y Chasqui. Mercado Territorial es una iniciativa que surgió en el año 2015 como desarrollo de una de las líneas de trabajo de la Incubadora de Economía Solidaria de la UNQ. Surge con la idea de construir canales alternativos de comercialización que generen cercanía entre quienes producen alimentos y quienes los consumen. Los productores agroecológicos del Conurbano bonaerense conformaron una red en vínculo con la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) y, dado el volumen de trabajo, contaron con un espacio en el Mercado Central. El proyecto está fundado sobre el principio de la soberanía alimentaria, que es el derecho de los pueblos a decidir su propio sistema alimentario y productivo; es decir, a conocer y decidir qué consumir, quiénes producen el alimento, y de qué manera se produce y se comercializa para el consumo, respetando la biodiversidad y el trabajo digno.

Por su parte, el proyecto Chasqui constituye una herramienta de comercio electrónico especialmente desarrollada para la economía social y solidaria (ESS) que busca potenciar mercados sociales y circuitos socioeconómicos alimentarios, los cuales mejoran al mismo tiempo las condiciones de acceso al consumo saludable de las familias, así como las condiciones de venta e ingresos de pequeños productores y cooperativas, al minimizar los niveles de intermediación. Se trata de una herramienta digital multiplataforma —es decir, que se puede utilizar en celulares, tablets y computadoras— con uso de software libre orientada a potenciar la visibilidad, vinculación y las ventas de productores de la agricultura familiar, las cooperativas, mutuales y otras formas organizativas asociativas y autogestionadas. De esta manera, promueve los valores de la ESS y el consumo organizado y responsable, además de contribuir a mejorar la gestión interna y la operatoria de las organizaciones, junto a su comunicación y presentación frente a los consumidores.

Por otro lado, a diferencia de otras aplicaciones de comercio electrónico, Chasqui permite realizar compras colectivas y por nodos, fomentando de esta manera prácticas de consumo organizado que dan identidad, pero también sustentabilidad al campo de la economía social y solidaria. Este proyecto es impulsado desde el Observatorio del Sur de la ESS a través del programa Construyendo Redes Emprendedoras en Economía Social (Crees), del Departamento de Economía y Administración; y el Programa Universitario en Incubación Social (PUIS) de la Secretaría de Extensión, con participación de integrantes de la carrera de Programación Informática del Departamento de Ciencia y Tecnología. Otra característica que amerita ser destacada es que fue desarrollado en articulación con otras universidades, cooperativas de desarrollo de software e iniciativas de intermediación solidaria. Asimismo, contó con apoyo de los Ministerios Nacionales de Desarrollo Social (Programa Mercados Solidarios), Educación (Programa Cooperativismo y Economía Social en la Universidad) y Ciencia, Tecnología e Innovación (a través de las convocatorias de proyectos de tecnología para la inclusión social [Procodas]). Esto da cuenta del alto grado de vinculación interinstitucional durante el periodo de pandemia.

4.3. Universidad Nacional de La Plata (UNLP)

Su creación fue sancionada el 27 de diciembre de 1889 y promulgada el 2 de enero de 1890; sin embargo, no fue hasta el año 1897 que se constituyó efectivamente la entonces Universidad Provincial de La Plata. Su primer rector fue el Dr. Dardo Rocha y comenzó a funcionar con las facultades de Derecho, Físico-Matemáticas y Química, además de con una Escuela de Parteras. Hasta el año 1905 funcionó bajo la órbita provincial en condiciones precarias por falta de recursos materiales y elementos para la enseñanza. Ese año, el entonces ministro de Justicia e Instrucción Pública de la nación, Dr. Joaquín Víctor González, concibió la idea de nacionalizarla, dotando a la capital de la provincia de una universidad moderna con base científica creada a partir de la universidad provincial y otros institutos de instrucción superior ya existentes. Sus cimientos se basaron en la investigación, la extensión universitaria y el intercambio permanente de docentes con los centros de excelencia del extranjero.

En la actualidad, la institución se encuentra entre las universidades más importantes del país en términos de presupuesto, docentes, investigadores, alumnos y publicaciones. Asimismo, se encuentra abierta a todas las ramas del saber y de la creación, contando con 17 Facultades, 1 Escuela Universitaria de Recursos Humanos del Equipo de Salud y 5 colegios dependientes de ella, logrando con el correr de los años la concreción de la primigenia idea totalizadora.

Respecto a las actividades encuadradas dentro de la denominada «tercera misión» universitaria, cabe precisar que la relación con el territorio fue prioritaria desde su gestación. En cuanto a su estructura, la UNLP cuenta con las Secretarías de Extensión Universitaria y de Vinculación e Innovación Tecnológica; y, si bien cada una posee los objetivos tradicionales en cuanto a las funciones a desarrollar, existe en la universidad el Consejo Social, que permite la concreción de prácticas dialógicas y de retroalimentación entre la universidad y la comunidad. Este se constituyó a finales del año 2010, por iniciativa de la Secretaría de Extensión Universitaria, como un órgano asesor del presidente de la universidad, y actualmente cuenta con 6 comisiones permanentes de trabajo que abordan temas diversos como: tierra; vivienda y hábitat; economía popular, social y solidaria; salud; niñez, adolescencia y juventud; educación; y derechos migrantes.

La pandemia intensificó la búsqueda de trabajo interdisciplinario dentro de la institución, buscando llevar soluciones a las necesidades específicas, tanto de los diferentes estamentos de Gobierno como a empresas, cámaras empresariales y actores de la sociedad civil. Esto condujo a una actitud proactiva y reflexiva respecto del rol que debe desempeñar la UNLP en la sociedad, buscando estar más cerca de los problemas que le atañen a esta y resolverlos a través del conocimiento. Así, la interacción con el territorio se intensificó y desde el Consejo Social se buscó llevar propuestas integradoras. En este sentido, cabe destacar la importancia política que la institución le otorga al tema de la apropiación social del conocimiento generado internamente, buscando que en los proyectos se incluyan las necesidades del territorio.

Una de sus primeras acciones consistió en trabajar con el Municipio de La Plata para poner diferentes capacidades de la universidad a su disposición y aportar en lo que fuera necesario para abordar la situación sanitaria y social. El punto de contacto quedó establecido entre la Dirección de Consejo Social de la UNLP y la Secretaría de Desarrollo Social del Municipio. Entre las primeras actividades, la Secretaría de Extensión Universitaria, en diálogo con la Comisión de Extensión del Consejo Superior, resolvió destinar fondos propios a adquirir insumos para producir lavandina y jabón, y entregarlos a los comedores y merenderos del Registro del Consejo Social.

Por otro lado, ante la necesidad de contar con material audiovisual y gráfico, el Consejo Social, en conjunto con la Dirección de Redes de la Secretaría de Salud y la Prosecretaria de Medios de la UNLP, elaboró gran cantidad de recomendaciones y protocolos; mientras que, desde la Secretaría de Extensión, se financiaron copias de los mismos para aportar a los comités y difundir de cara a la comunidad.

5. Reflexiones finales

Como factor exógeno, la pandemia desencadenó numerosos cambios en las 3 funciones universitarias (Cano & Ingold, 2020; Fanelli et al., 2020), los cuales muestran la capacidad de adaptación de estas instituciones, a la vez que revelan sus heterogéneas capacidades en términos de esas mismas funciones (CIN, 2020). Asimismo, algunos autores coinciden en que la emergencia ha acelerado o profundizado los cambios y las diferencias preexistentes, aunque también estas coyunturas críticas han producido algunas innovaciones político-institucionales que es esperable que tiendan a permanecer pasada la situación de emergencia (Cano & Ingold, 2020; Del Valle et al., 2021).

En lo que respecta a las acciones de EU y VyTT, la pandemia parece haber modificado las lógicas de funcionamiento al interior de las UU. NN. Así, en las de amplia trayectoria o con áreas de EU y VyTT más consolidadas se observa un proceso tendiente a una mayor centralización de las demandas socioproductivas a nivel del Rectorado y un mayor grado de vinculación, tanto intra como interinstitucional, además de con organizaciones de la sociedad civil y empresas del sector productivo, entre otros actores. Por su parte, la UNRN —que, como se mencionó, ocupa amplias extensiones geográficas— encontró la oportunidad de explorar nuevos vínculos o consolidar los ya existentes sin abandonar sus políticas y esfuerzos previos, tendientes a descentralizar decisiones, y continuó fortaleciendo su trabajo en el territorio (ver tabla 1).

Tabla 1. Características principales de las UU. NN. analizadas

Características

UNRN

UNQ

UNLP

Antigüedad (años)

13

33

125

Tamaño (alumnos)

10 000

40 000

100 000

Territorio (km2)

200 000

125

854

Ubicación

Periférica

Conurbana

Urbana

Órganos de gobierno

Gobierno abierto: Asamblea y consejos

Asamblea y consejos

Presidente y Asamblea

Estructura

Descentralizada en sedes

Centralizada

Centralizada

Propuesta en pandemia

Reconfiguración de canales

No

Centralizado en el Rectorado

Centralizado en el Consejo Social

Proyectos multidisciplinarios

Nuevos vínculos virtuales

Nuevos vínculos sociales y económicos

Fuente: elaboración propia.

De esta manera, dentro de todas las secuelas que deja en su andar el contexto de pandemia, parece haber posibilitado la implementación de un esquema un poco más orgánico entre las distintas áreas de las UU. NN. argentinas, lo cual debería servir como base para planificar la nueva normalidad pospandemia.

Como señalamos previamente, múltiples trabajos teóricos y análisis de experiencias de EU y VyTT muestran que las actividades socialmente comprometidas requieren de un fuerte trabajo de cooperación, el cual solo puede ser diseñado a partir de abordajes dialógicos, contextualizados y a largo plazo. No obstante, numerosas veces la autonomía de los investigadores o, más precisamente, de las agendas de investigación atenta contra la apropiabilidad social a partir de esquemas de incentivos que las alejan de los requerimientos del entorno. De esa forma, con esto último en consideración y a modo de reflexión final, nos preguntamos si verdaderamente la pandemia puso en valor la relación de la universidad con su entorno o si, una vez superada, las UU. NN. argentinas continuarán cumpliendo sus funciones bajo los paradigmas preexistentes.


1 Comenzó siendo un voluntariado y luego incluyó una pequeña asignación monetaria.


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Fecha de aprobación: 13 de octubre de 2022

Fecha de publicación: 3 de noviembre de 2022