El discurso antifeminista como recurso electoral en Brasil y España
Resumen
El presente artículo se centra en dos casos correspondientes a partidos y candidatos que se ubican más a la derecha de lo habitual y, por ello, han sido calificados como de extrema derecha. Estos son Jair Bolsonaro, quien fue candidato del Partido Social Liberal y actualmente es presidente de Brasil luego de haber ganado en la segunda ronda de las elecciones generales del 7 de octubre de 2018 con el 55,1% de los votos; y el partido Vox, que logró ingresar por primera vez al parlamento nacional en España luego de las elecciones generales del 28 de abril de 2019 y es actualmente la tercera fuerza parlamentaria con el 15, 09% de los votos y 52 escaños.
Para ambos, se propone estudiar el uso de un discurso político antifeminista como recurso electoral en sus campañas. Pese a las diferencias en los sistemas electorales y en los diseños institucionales de ambos países -uno presidencial y otro parlamentario- ambos casos comparten el hecho de que las candidaturas calificadas como de extrema derecha han logrado convencer a los electores, aunque en distinto grado, apelando al descontento en contra de las ideas y políticas progresistas de los anteriores gobiernos de izquierda, el del Partido de los Trabajadores en Brasil (PT) y el del Partido Socialista (PSOE) en España. Entre dichas ideas se encuentra, evidentemente, la lucha por la igualdad de género que es calificada por los partidos de extrema derecha como una “ideología de género”. Concluimos que, si bien ambos hacen uso de un discurso reñido con las posturas feministas, el cuestionamiento que presentan no ataca a todo el conjunto de ideas de dicho movimiento, sino que se dirige contra las más contemporáneas o post-materiales (como el sistema de cuotas o el lenguaje inclusivo), mientras que reconoce e incluso elogia los logros más clásicos o materiales del feminismo (como la independencia económica de las mujeres). Asimismo, se encuentra una complejidad mayor en el debate en el caso español, lo cual nos lleva a pensar que el cuestionamiento planteado por Vox puede servir para repensar las ideas y políticas progresistas de los últimos gobiernos de una manera más general, que trasciende el ámbito del tema de género.