«¿16 céntimos a cambio de aguas ácidas?». Respuestas políticas a la expansión minera en Cajamarca
Resumen
Durante dos décadas, Cajamarca albergó una de las minas de oro más productivas del mundo. Entre 1992, cuando se iniciaron las operaciones del yacimiento Yanacocha, y 2011, cuando fue suspendido el proyecto expansivo más importante de la empresa operadora, la ampliación de las actividades extractivas ha sido fuente de controversia. Solo entre 2004 y 2011, tres conflictos alcanzaron relevancia nacional en Cajamarca: Quilish (2004), Combayo (2006) y Minas Conga (2011). Este continuo permite analizar las diferentes «respuestas» de la población —especialmente aquella de las zonas rurales— a la minería. El artículo propone que las respuestas campesinas han estado orientadas a la negociación de beneficios que compensen la afectación de los recursos naturales y permitan a las localidades acceder, aunque de manera indirecta y limitada, a las ganancias producidas por la industria.
Sin embargo, cuando los acuerdos logrados con la empresa no son cumplidos o la población percibe que la afectación a los medios de subsistencia es mayor que los beneficios recibidos, se generan incentivos para la movilización. En ese contexto, emergieron diferentes coaliciones entre caseríos rurales y organizaciones urbanas que, aunque efímeras en términos organizativos, promovieron movilizaciones en contra de los proyectos de expansión de Yanacocha con notable efectividad.