Qué hay detrás de las nubes, antes que el sol
DOI:
https://doi.org/10.18800/croma.202402.007Palabras clave:
Contemplación, Cielo, Invisible, Escala, CuerpoResumen
Este ensayo visual parte de una serie de obras que interpretan pictóricamente el cielo, acompañadas de poemas, las cuales surgieron de observaciones y reflexiones meditativas sobre la relación humano-entorno. En esta propuesta, se explora cómo “mirar arriba” evoluciona de acción casual a una oportunidad para cuestionar la existencia, el tiempo y la mortalidad. El cielo presenta una escena natural en constante cambio de colores, formas y luces; un espacio visual rico, pero silencioso, usualmente dado por sentado. Esta área intangible permite expandir la imaginación sobre formas de entender el mundo y cómo nos apropiamos de un territorio enmarcado por nociones culturales y simbólicas (Covarrubias et al., 2018). Basado en la ontología de la carne de Maurice Merleau-Ponty, asumimos que nuestro cuerpo actúa como mediador al ser tanto objeto como interlocutor de nuestra existencia. Así, la intuición se vuelve herramienta artística clave para experimentar lo invisible del cuerpo y explorar nuestra pequeñez mediante una etnografía sensible (Moscoso, 2021). Sin referencias de escalas tradicionales —sol, tierra, horizonte, personajes—, el paisaje muestra su propia dimensión a través de matices, texturas, capas y transparencias. Lo cual resulta en un medio artístico y metodología creativa para comprender sensorialmente este paisaje, el mundo y la experiencia estética: un ejercicio de imaginación.
